miércoles, 11 de agosto de 2010

Desahogarse en un mar de lágrimas.

Quiero cerrar el ordenador, pues ya es muy tarde. Me he despedido de todos, he cerrado todo, pero sigo aquí. Me quedo embobada mirando la pantalla, bueno, más bien un horizonte invisible. Y no pienso en nada. Simplemente, miro a la nada.

Me entran ganas de llorar. Y no sé por qué. Es así, de repente. Miro al infinito y lloro.

Estoy cansada. Quiero dejar de preocuparme por cosas estúpidas. Quiero divertirme, ser feliz, inundar mi cara con sonrisas y lágrimas de alegría. Pero no puedo. Por alguna constante razón, la tristeza siempre viene a mí, en todo momento. Como si quisiera que me consumiera. Como si la vida no quisiera verme feliz. Y me estoy hartando.

Supongo que hay varias cosas que influyen. Voy a empezar bachillerato. En un instituto nuevo. No conoceré a nadie allí, estaré sola el primer, o puede que varios días hasta que conozca a alguien con quien juntarme. Pero si os soy sincera, tengo miedo. Miedo de que me vuelva a pasar lo mismo que en mi antigua escuela. Y entonces si que no sabré cómo actuar, porque me habré ido de un sitio por un motivo, para llegar a otro y no solucionar nada.
Luego, estoy perdiendo gente. Personas importantes para mí, las voy perdiendo poco a poco. Me caigan muy bien, o no del todo, pero siguen siendo parte de mi vida. Se marchan por otras personas. No sienta del todo bien, es como si te sustituyeran.
Mi futuro se acerca. Cada vez más rápido. Me queda poco más de dos años para decidir lo que quiero hacer. Y aún no estoy decidida sobre nada. Mucha gente me dice que lo acabaré decidiendo en último año, como le pasa a mucha gente. Pero es que tengo como un sexto sentido, que me dice que no es así. ¿Y si escojo mal? ¿Y si acabo andando por el camino que no debería? No lo sé. Definitivamente, esto me asusta.

¿Y sabéis qué? Tengo miedo. No, ya no hablo de eso. Antes disfrutaba de la oscuridad. Ahora cada noche, tengo que ponerme a escuchar música hasta que me duermo, porque si no, no puedo. He vuelto a cuando era pequeña. Es como un sueño que se repite. Como un bucle temporal. Tengo pesadillas continuamente, despertándome a las cinco de la mañana para luego no querer volver a conciliar el sueño. También oigo cosas. No sabría deciros el qué. No puedo explicarlo. Por ejemplo, ahora mismo estoy oyendo el ruido del agua fluyendo cuando alguien abre el grifo del lavabo del baño. He pensado que era mi abuela, que se había levantado. Pero al estar un buen rato encendido, he decidido levantarme para ir a cerrarlo, creyendo que se le había olvidado. PUES NO. Resulta que mi abuela está en su habitación. Y EL GRIFO NO ESTÁ ABIERTO. Y sí, de vuelta a mi habitación, sigo oyéndolo.

¿Me estoy volviendo loca? Tal vez. Quizá, después de tantas cosas que me han pasado, esté enloqueciendo. Puede que me tema a mí misma.

... puede que tenga miedo de la persona que mejor me conoce.

No hay comentarios:

Publicar un comentario